Las frutas son
frutos comestibles de ciertas plantas cultivadas que pueden consumirse en
fresco, desecados, cocidos o en conserva, como la pera, guinda, fresa, etc.....,
según la Real Academia Española (2001). El Código Alimentario Español las
define como: “El fruto, la inflorescencia, la semilla o partes carnosas de
órganos florales que han alcanzado un grado adecuado de madurez y sean
adecuadas al consumo humano”.
1.1 CLASIFICACIÓN
Dada
la gran variedad de especies vegetales de las cuales los frutos se consumen
tenemos que pensar que su composición va a ser muy diferente entre ellos. Por
lo tanto, las clasificaremos según su origen, agrupándolas en zona templada (manzana, albaricoque o
pequeños frutos como los arándanos), zona
subtropical (cítricos como la naranja o el limón y no cítricos como la
chirimoya o el aguacate) y de zona
tropical (plátano, mango, guayaba y carambola).
Atendiendo
a su aspecto externo las frutas se pueden clasificar en:
a) Frutos
frescos (75-95% agua): se consumen sin preparación previa y normalmente después
de su recogida.
b) Frutos
secos (20% agua): alimentos como la almendra, avellana, nuez y castaña.
c) Frutos
desecados: obtenidos a partir de los frutos frescos tras sufrir un proceso de
deshidratación. Por su bajo contenido en agua, permiten un almacenamiento
prolongado, contienen un elevado contenido de hidratos de carbono (50-70%) y en
general son pobres en vitamina C y ricos en hierro y potasio.
Si
se atiende a la composición nutricional:
a) Frutas
frescas acuosas:
· Frutas ácidas: la naranja o el limón.
· Bayas: fresa, frambuesa…
b) Frutas azucaradas
· Frutas de pepita: manzana y pera.
· Frutas de hueso: albaricoque y melocotón.
c) Frutos amiláceos: castaña.
d) Frutos
oleaginosos: almendra y nuez.
e) Frutas
tropicales o exóticas: plátano y mango.
f) Frutos
secos: higo y dátil.
Según
la forma que adopten se clasifican, entre otros, en: cápsulas, vainas,
aquenios, drupas, bayas…
Por
último, desde un punto de vista botánico se clasifican en:
a) Frutos
carnosos (derivados de una sola flor):
· Drupa: albaricoque, ciruela, melocotón.
· Baya: uva, arándano.
· Hesperidio: naranja, limón, mandarina.
· Pepónide: melón, sandía.
· Heterio o pseudocarpo: fresa.
· Pomo: manzana.
b) Frutos carnosos compuestos (derivados de una inflorescencia):
· Sorosis: mora.
· Sicono: higo.
· Cenocarpo: piña tropical.
c) Frutos secos dehiscentes: guisante
d) Frutos
secos indehiscentes: nuez.
También
hay que tener en cuenta como factor importante en su composición el tipo de
semillas utilizadas, que han podido ser alteradas genéticamente, las
condiciones de cultivo, el tipo de suelo, las características del agua de
riego, el uso de fertilizantes y productos fitosanitarios. En relación a este
hecho hay diferentes formas de producción agrícola entre las que destacan:
Agricultura ecológica, sostenible y la producción integrada, cuyos objetivos
son obtener alimentos más nutritivos y saludables, a la vez que se preserva el
medio ambiente. Se intenta optimizar la calidad extrínseca e intrínseca del
producto (calidad organoléptica, contenido de nutrientes o calidad nutritiva,
presencia de residuos…)
y salud
2. CARACTERÍSTICAS
Las
características organolépticas y nutricionales de las frutas dependen de un
gran número de factores: especie y variedad, condiciones de cultivo, estado de
maduración, tratamientos fitosanitarios, condiciones y duración del
almacenamiento, etc. La elección de estos factores viene dada por
consideraciones de tipo agronómico y económico, pero también por razones de
tecnología alimentaria. No cabe duda que su destino final, consumo en fresco,
desecado o en conserva, resulta determinante.
Dependiendo
del uso al que vayan a ser destinadas las frutas se necesita uno u otro estado
de madurez que permita soportar su tratamiento. Con el fin de evaluar el grado
de maduración de las frutas se utilizan distintos índices. Los indicadores de
calidad físico-químicos más utilizados son:
- Firmeza: medición de la firmeza de la pulpa, normalmente expresada en libras o kilogramos, con un aparato denominado penetrómetro. Se utiliza para determinar el grado de maduración de peras, manzanas y melocotones.
- Sólidos solubles: teniendo en cuenta que los azúcares son el componente mayoritario de las frutas, la medición del contenido en sólidos solubles mediante refractometría es un indicador del contenido en azúcares de la muestra de fruta exprimida. El resultado de la medición se expresa en grados Brix.
- Acidez: consiste en la medición de la acidez total de la fruta exprimida mediante una disolución de hidróxido sódico (NaOH) 0,1N hasta pH = 8,1.
- Índice de madurez: Cociente entre el grado Brix y la acidez.
- Color: se evalúa mediante la combinación de unos determinados índices que nos permite relacionar los resultados obtenidos con el color óptimo del fruto maduro y por lo tanto con el grado de madurez del mismo.
- Contenido en almidón: durante el proceso de maduración el almidón se va transformando en azúcares. La utilización de yodo, que reacciona con el almidón formando un color negro, permite visualizar las zonas en las que todavía existe almidón. Como esta pauta de transformación es característica para cada variedad, la comparación del resultado obtenido con diferentes escalas, permite conocer el grado de maduración del fruto.
Cuando
hablamos de calidad nutritiva de los
alimentos, tenemos que recordar que entre los nutrientes que nos proporcionan,
existen los denominados macronutrientes y
los micronutrientes; los primeros se
requieren en mayor proporción y son: proteínas, carbohidratos y lípidos; entre
los segundos se incluyen otros componentes que se necesitan en menor cantidad,
aunque son fundamentales para el organismo, por intervenir en los más variados
procesos; son las vitaminas y los elementos minerales, ácidos grasos y
aminoácidos esenciales.
En
la actualidad, se da gran importancia a compuestos
bioactivos denominados “fitoquímicos” en los vegetales. Cada uno de los
nutrientes se caracteriza por las funciones que realiza en el organismo. Las
proteínas tienen principalmente función plástica, esto es, aportan los
materiales necesarios para la formación de tejidos y órganos; además, también
proporcionan energía y aminoácidos esenciales. Los carbohidratos y las grasas
tienen función, fundamentalmente, energética, aunque las grasas aportan además
ácidos grasos esenciales y son vehículo de vitaminas liposolubles. Las
vitaminas y los elementos minerales, tienen función reguladora de los procesos
metabólicos.
Desde
el punto de vista químico, las frutas son
productos ricos en agua, pobres en proteínas (contenido algo inferior al 1-4 %)
y lípidos (cantidad muy bajas, generalmente menores
del 0,5-0,6 %). En cuanto a carbohidratos en las frutas suelen encontrarse en
torno al 1-8% aunque existen excepciones, con valores superiores al 10% de
azúcares totales.
Por todo esto se trata de alimentos de escasa importancia desde el
punto de vista plástico y energético, aunque destacan por su alto contenido en
micronutrientes (vitaminas y minerales).
3. VALORACIÓN NUTRICIONAL (CUADRO
RESUMEN)
La
composición nutricional de las frutas es muy variada, dependiendo sobre todo de
la familia a la que pertenecen y, en menor medida, de las distintas especies y
variedades que constituyen una familia, sin embargo, se pueden establecer
determinadas generalizaciones en relación con la composición nutricional de las
frutas.
Las
frutas son alimentos con un alto contenido de agua, una densidad calórica
relativamente baja, prácticamente exentos de grasa, alto contenido relativo en
azúcares, ácidos orgánicos, minerales y vitaminas hidrosolubles. Además
contienen un gran número de compuestos secundarios, también denominados
fitonutrientes.
Proteínas:
Las frutas no son, en
general, alimentos especialmente ricos en proteínas (0,5gr/100gr de peso
fresco). Destacan el aguacate, la chirimoya o el kiwi
(1%), frambuesa y mora (0.9%) o cereza y albaricoque (0.8%).
Lípidos:
El
contenido en grasas de las frutas es prácticamente despreciable (0,1-0,5%),
excepto algunos casos como el aguacate, que contiene un 14% de grasa (ácido
oleico) y el coco, con un 36% de grasa (saturada).
Hidratos
de carbono:
El
contenido de azúcares aumenta con la maduración. Los azúcares más frecuentes en
este tipo de alimentos son la glucosa,
fructosa y sacarosa. El contenido medio de hidratos de carbono oscila en
torno al 10%, variando desde un 20% en el plátano hasta un 5% en el melón y la
sandía.
El
contenido de sacarosa es alto en albaricoque y melocotón y la glucosa se
encuentra en cantidad superior a la fructosa en cerezas y ciruelas, siendo lo
contrario en la fresa, frambuesa, manzana, melón, kiwi y pera.
También
se encuentran en las frutas, aunque de manera minoritaria, otros azúcares como
la xilosa, arabinosa, manosa y maltosa; azúcar alcohol como el sorbitol, y en
menor medida hidratos de carbono complejos como el almidón.
Fibra:
Observamos
en las frutas valores altos de fibra en el níspero (10.2%), mora o frambuesa
(9.0 y 7.4 %), plátanos e higos (3.4 y
2.5 %) frente a valores inferiores o iguales al 2% en la mayoría.
Fitonutrientes:
Se define
así a un grupo de sustancias químicas naturalmente presentes en las plantas,
responsables de darles color, sabor, protegerlas de los rayos ultravioleta,
ayudarles a combatir las infecciones bacterianas, virales y micóticas y permitirles
superara las inclemencias y presiones de su entorno. Incluimos en este grupo
los carotenoides, fitoesteroles, glucosinolatos y los polifenoles. De ellos los
que más relevancia tienen son los carotenoides y los polifenoles.
Micronutrientes:
Las
frutas como ya se ha dicho anteriormente destacan por su aporte de
micronutrientes, con papel esencial o regulador, sobresaliendo la vitamina C,
la provitamina A y algunos elementos minerales, siendo el mayoritario el
potasio.
En frutas
la vitamina C supera los 80 mg/100 g
en el kiwi, la papaya o el limón. En cítricos y sandía se superan los 40 mg/100
g pero en algunas frutas no se llegan a alcanzar los 10 mg/100 g.
Las vitaminas B1 y B2 está presente en los
vegetales por debajo de 0,1 mg/100 g. La vitamina B1 es algo superior en
dátiles o mandarina (0,07 mg/100 g) y la B2 en ciruelas, níspero o piña
(0,05-0,07 mg/100 g).
El ácido nicotínico se encuentra en mayor
cantidad en guayaba o nectarina (alrededor de 1 mg/100 g) o en el plátano (0,8
mg/100 g). La vitamina B6 en los
higos, plátanos o acerola.
Las vitaminas liposolubles son escasas,
pero, es preciso tener en cuenta la presencia de carotenoides, sobre todo beta-caroteno,
denominados provitamina A, dado que
en el organismo se transforma en esta vitamina. Entre las frutas, el
albaricoque, el melocotón y algunas variedades de melón, son una buena fuente
de la misma.
De los
elementos minerales, el más
destacado es el potasio. En general,
en estos alimentos es más elevado el contenido de potasio que el de sodio y el
de magnesio que el de calcio, aunque estos dos últimos, en algunos casos, se
encuentran en proporción similar. En las frutas destaca el plátano por su mayor
contenido de potasio, superior a 450 mg/100 g, la granada con unos 400 mg, el
kiwi con unos 300 mg, o la papaya y las uvas con cerca de 200 mg/100 g.
4. ESTACIONALIDAD
A
pesar de que hoy en día la mayoría de las frutas pueden obtenerse durante todo
el año en los comercios no debemos olvidarnos y dar prioridad al consumo de las
frutas de temporadas por diversas razones:
- Son más sabrosas à El sabor depende en gran medida del momento de producción y recolección. Otros aspectos como la elección de la variedad y el momento de la recolección también contribuyen a la calidad gustativa del producto.
- Son más saludables à Además de su riqueza en fibras, su principal interés reside en su contenido en vitaminas varias, minerales y oligoelementos, cuya importancia en términos de prevención de enfermedades se confirma de forma cada vez más clara. El consumo de frutas de temporada permite diversificar los aportes de vitaminas y minerales a lo largo de la estación. Además está demostrado que ciertos alimentos ven aumentados su contenido en vitaminas cuando se encuentran en su estación idónea.
- Son más baratas à Es en temporada cuando alcanzan sus mejores precios
- Contaminan menos à La producción fuera de temporada implica el consumo de energía fósil (petróleo, carbón o gas), utilizada para calentar los invernaderos o para transportar en barco o en camión la producción procedente del hemisferio sur o zonas más cálidas alejadas de la nuestra.
- Favorecen el comercio justo
La
actividad agropecuaria tiene variaciones temporales en cuanto a la oferta de
productos por eso se observan marcados y rápidos cambios en los mercados
mundiales. Es así que desde el punto de vista de la oferta, las frutas para el
consumo en fresco han pasado de ser productos de oferta solo estacional, a
estar presentes a lo largo del año, superando para el consumidor las barreras
de la estacionalidad. Todo esto ha sido posible gracias al importante rol que
cumple la comercialización entre las diversas zonas climáticas del país y del
mundo, favorecidas por el avance en los medios de transporte, las técnicas de
conservación y el manejo de los cultivos.
Una
gran variedad de frutas se consumen cada día más durante los 12 meses del año,
sin reparar en la diferenciación entre estivales o invernales. Las ventajas de la
comercialización, la apertura a nuevos mercados
y los nuevos sistemas de producción hacen que prácticamente a lo largo de todo el año, la variedad de
frutas disponible para el consumo masivo
sea muy amplia. El desarrollo tecnológico ha permitido, en muchos casos, superar o al menos reducir las
limitaciones físicas impuestas por el
medio-
Existen
productos que muestran una marcada estacionalidad, como son aquellos altamente
perecederos, con un tiempo muy corto de conservación incluso al ser tratados en
frío, lo que hace que en un período de tiempo acotado se concentre la oferta de
modo importante y abunden, para luego pasar a épocas de escasez o inexistencia
en el mercado. El caso de los productos perecederos en un plazo extenso, donde
la oferta de una determinada fruta está determinada por una cosecha concentrada
en el tiempo y se almacena hasta el momento de la comercialización, posee un
período más prolongado de conservación, como ocurre con la manzana y la pera.
En estos casos el volumen de oferta en cada momento estará determinada por el
área plantada y los rendimientos comerciales obtenidos, menos las pérdidas en
almacenamiento.
Los
avances tecnológicos en el sector de la alimentación nos permiten disfrutar de
una amplia variedad de productos en cualquier época. Actualmente, hay muchas
formas de conseguir que las frutas frescas estén en el mercado durante más
tiempo. Por ejemplo, pueden conservarse los productos en cámaras frigoríficas,
cultivarse en invernaderos durante los meses en que no es posible hacerlo al
aire libre o importarse de otros países. Gracias al cultivo en invernaderos
podemos disponer de frutas durante todo el año, aunque sea a costa de perder
gran parte de sus cualidades nutricionales o dejar de consumirlos con todo su
sabor, olor y textura.
PRIMAVERA
Destacan la fresa, el fresón, el pomelo, la pera y el níspero.
Además empiezan a aparecer los albaricoques y las cerezas.
VERANO
Los
productos de esta temporada se muestran con abundante sabor y aroma. Encontramos las frutas más golosas como el melocotón,
albaricoque, cerezas, grosella, higos, nectarina, paraguaya, frambuesas,
ciruelas, peras, arándanos, mango, melón y sandía.
OTOÑO
Destacan
sobre todos las uvas (de moscatel hasta finales de septiembre), cítricos
(naranjas, pomelos, mandarinas y clementinas, desde mediados de octubre),
moras, manzanas, peras, kiwis, aguacates, granadas y castañas.
INVIERNO
Es
el momento ideal de frutas como la naranja, pomelo, mandarina, lima y limón,
plátano, granada, manzana y piña y también de frutas exóticas como el mango y
la papaya.
5. PRESENCACIÓN DEL PRODUCTO: CONCEPTO DE GANA, TIPOS Y EJEMPLOS
¿QUÉ SON LAS GAMAS DEL ALIMENTO?
Sistema utilizado
para definir la manera en como una entidad recibe los productos y en qué estado
llegan. Si son frescos, conservas o congelados. Cada gama de alimentos posee
sus características propias.
ALIMENTOS DE PRIMERA GAMA
Corresponden a los alimentos frescos y en estado natural, llámese frutas, verduras y carnes sin tratamientos de conservación, irradiación o vacío. Llegan en el envase que la madre naturaleza les provee y poseen todas sus características de frescos.
ALIMENTOS DE SEGUNDA GAMA
Son las conservas o
enlatados. Encontramos las conocidas frutas en almíbar, mermeladas y pescados
que han sido sometidos a una cocción y luego conservados en un entorno húmedo o
graso para luego ser envasados en latas o frascos de vidrio para que perduren
por largos periodos. Es la mejor manera de tener productos de estación cuando
no se encuentran en sus tiempos de adquisición.
ALIMENTOS DE TERCERA
GAMA
Encontramos toda variedad de productos congelados. Frutas
y verduras son las más utilizadas y es la mejor manera de obtener pescados y
mariscos para una larga conservación, mientras hayan utilizado el sistema IQF
para su proceso. El sistema IQF (Individual
Quick Freezing, o congelación rápida de manera individual) es un proceso de
congelación rápida que permite que los cristales de hielo que se forman dentro
de las células de los tejidos sean de tamaño muy pequeño. De esta manera se
evita que las paredes celulares que conforman los tejidos vegetales se rompan.
Por lo tanto al descongelar el producto no hay derrame de fluidos celulares
garantizando así una textura, valor nutritivo y sabor iguales a los de un
producto recién cosechado.
ALIMENTOS DE CUARTA GAMA
Se trata de alimentos, como frutas y verduras, mínimamente procesados
(listos para consumir), que conservan las características de los productos
frescos de los que derivan, es decir, de frutas o verduras que han sufrido los siguientes
procesos: troceado, lavado, envasado en
atmósfera modificada y sin aditivos. Se trata de productos con una corta fecha
de caducidad: 5 a 15 días, y que deben mantenerse refrigerados.
Este tipo de productos aportan una serie de ventajas desde el punto de
vista socio-económico, higiénico-sanitario y nutricional: las propiedades son
similares a las de los frescos, son fáciles y cómodos de consumir, se aprovecha
todo su contenido, están microbiológicamente controlados y existe gran
diversidad de productos, presentaciones y tipos de envasado que se adecúan a
las necesidades del consumidor.
ALIMENTOS DE QUINTA GAMA
Se trata de productos a base de carne, pescado, frutas o verduras, que han
sufrido un tratamiento térmico suave tras el envasado al vacío y que se
conservan en frío. La caducidad de estos productos es mayor que los de cuarta
gama, pudiendo alcanzar varios meses de vida útil conservando todas sus
propiedades específicas. Su conservación se consigue por el vacío, el
tratamiento térmico que sufren (pasteurización), mantenimiento de la cadena de
frío (1-4ºC) y el líquido de gobierno que puedan contener.
Sus ventajas son similares a las de los productos de cuarta gama, con el
valor añadido que supone la preparación de los ingredientes y la ampliación de
la fecha de caducidad, consecuencia del tratamiento térmico sufrido.
6. EFECTOS SOBRE LA SALUD
El
consumo diario de frutas es esencial para conseguir una dieta equilibrada,
nutritiva y suficiente para alcanzar la sensación de saciedad sin exceder el
valor energético apropiado para una correcta alimentación. Por lo tanto las
frutas constituyen ingredientes esenciales para conseguir lo que se denomina
una “nutrición adecuada” debido a su densidad calórica relativamente baja,
ofreciendo el aporte de una gran variedad de nutrientes.
En
los últimos años, los avances de la ciencia, tecnología de los alimentos y
nutrición, han obtenido evidencias científicas de que algunos componentes de
los alimentos pueden ofrecer beneficiosos efectos fisiológicos y psicológicos,
más allá de los efectos nutricionales tradicionalmente considerados.
Las
frutas aportan cantidades importantes de ciertas vitaminas con propiedades
antioxidantes, protegiendo las células de los agentes cancerígenos. La vitamina
C puede incrementar la absorción de calcio y hierro, elementos cuya deficiencia
produce dos de los trastornos más importantes asociados a la alimentación (la
salud ósea y dental y la anemia).
Por
otra parte son ricas en fibra soluble que, además de la regulación de la
digestión, ayuda a eliminar sustancias nocivas y a reducir los niveles de
colesterol.
Además
contienen cientos de sustancias denominadas “fitonutrientes”, que aún en muy
bajas concentraciones, presentan claros beneficios para la salud.
Una
dieta que incluya una cantidad de frutas y verduras en torno a 400-800 gr/día,
o lo que es lo mismo 5 o más porciones al día, contribuye a la prevención de
enfermedades crónicas, en particular de las cardiopatías, el cáncer, la
diabetes tipo 2 y la obesidad.
Frutas
y cardiopatías:
Los
factores dietéticos, especialmente el consumo de frutas y verduras han sido
relacionados con la posibilidad de reducir este tipo de patologías, como pueden
ser las enfermedades coronarias y el infarto. Este efecto beneficioso se debe a
la presencia de ciertas sustancias como antioxidantes, folatos, fibra, potasio,
flavonoides y otros fitonutrientes o fitoquímicos.
Frutas
y cáncer:
El
mecanismo que podría explicar los efectos de las frutas y vegetales en la
prevención del cáncer se basa en que estos alimentos son fuente de vitaminas y
minerales, carotenoides y otros antioxidantes, y un gran número de fitoquímicos
como ditioltionas, flavonoides, glucosinalatos y compuestos relacionados. A
pesar de esto, es necesario profundizar en el estudio de estos mecanismos ya
que no se han obtenido resultados concluyentes hasta el momento.
Frutas
y diabetes tipo 2:
El
papel de los distintos componentes de la dieta sobre la aparición de la
diabetes tipo 2 no está claramente establecido. La fibra contenida en las
frutas podría ralentizar la velocidad de absorción de nutrientes, con el
consiguiente ahorro en la secreción de insulina y la bajada de los niveles de
glucemia. Los efectos de la fibra sobre el metabolismo glucídico podrían estar
ligados a su acción sobre el metabolismo lipídico y la secreción de insulina
por el páncreas.
Frutas
y obesidad:
El
consumo de frutas y vegetales con alto contenido en agua disminuye la densidad
calórica media de la dieta, pero no afecta a la palatabilidad y sensación de
saciedad. La reducción calórica en una dieta con alto contenido en frutas
podría suponer una disminución de la energía hasta en un 30%. Por otra parte,
debido a su alto contenido en fibra dietética, pueden ralentizar el vaciado
gástrico, favoreciendo la sensación de saciedad y evitando una ingesta excesiva
de alimentos.
BIBLIOGRAFÍA
Abellán
Ballesta P., Palazón García MA. Frutas y productos derivados. En: Gil Hernández
A., editor. Tratado de Nutrición, Tomo II: Composición y Calidad Nutritiva de
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Info
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